miércoles, 9 de noviembre de 2016

Entrevista

"Signos llevó muchas horas por día y muchos días de grabación y producción de audio. Mes y medio, tal vez dos", recuerda López. "Se grabó en cinta magnética análogica en dos grabadores de 16 canales sincronizados. Lo mezclamos en una consola de 64 canales, también analógica. La mezcla de audio de cada tema se hacía a mano, y los cuatro teníamos tarea sobre la consola. Ciertos niveles, paneos y efectos había que repetirlos hasta que lográbamos incorporarlos después de muchas pasadas del tema y cuando funcionaba se registraba en la cinta para el master estéreo. Por lo tanto vale decir que cada mezcla era única e irrepetible." Para sumar problemas a la situación ya de por sí caótica, la técnica empezó a fallar: "Elegimos el mismo estudio de Nada personal, que estaba en decadencia. Todas las máquinas empezaron a romperse y nuestro ánimo estaba muy extraño. Pasábamos momentos de mucha felicidad y de mucha depresión", confesó alguna vez Cerati.
Signos también marca el final de la relación entre el Zorrito y el trío, desgastada a partir de un hecho policial anterior a la grabación que no se resolvió de la mejor manera. "El problema que tuve con ellos empezó cuando, después de un show, nos robaron un camión con todos los equipos y quedamos en pelotas. Como yo era un músico invitado, a la hora de los números no había una repartija igual. Entonces cuando nos afanaron las cosas... yo ganaba diez veces menos que los Soda Stereo por show, y no había seguro ni nada. Entonces a mí me costó diez veces más recuperarme. Lo hablé con Gustavo en su momento, me dijo 'quedate tranquilo' y al final no pasó nada, y ahí quedó una onda medio extraña. Así que cuando vi la posibilidad de irme a trabajar con García ni lo dudé, y ellos tampoco hicieron mucho esfuerzo para que me quede." Aunque habían probado con el mendocino Natalio Faingold como tecladista entre un elepé y otro, en el estudio -dice Quintiero- funcionaron casi como un cuarteto: "Yo en Signos trabajé muy bien. Cuando llegué a la sala tenían casi todos los temas hechos, y yo hice arreglos. Incluso hicimos 'Caja negra' todos juntos, que estaba hablado que yo la iba a firmar y no la firmé".
Para Sayavedra, Signos fue la bisagra definitiva en la carrera de Soda Stereo: "El 86 fue el año del despegue y la confirmación masiva. Nada volvió a ser lo mismo luego de esa gira larga, exitosa y demoledora". No tardarían en llegar las grabaciones en el exterior, las colaboraciones con Carlos Alomar y el estrellato absoluto, pero a toda esa expansión le abrió la puerta -paradójicamente- un encierro: el de Gustavo Cerati enfrentando a sus demonios entre cuatro paredes.




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